Ojo de pescado (extraído del website "El número de Oro)
Vivimos sumergidos en un mundo de formas, que traducimos como lineas rectas, paralelas, perpendiculares, oblicuas y que forman angulos agudos, opuestos, alternos, internos, diedros de un todo de acuerdo a la geometria euclidiana.
Cada línea recta, curva, la clasificamos como una ecuación, de primer grado, de segundo grado y que desde Descartes, pueden ser representadas en su sistema cartesiano con sus valores geométricos y matemáticos que se interrelacionan exactamente unos a otros. Podemos calcular sus inclinaciones y sus incrementos, analizar sus valores positivos y negativos y ver a que cuadrante del sistema cartesiano pertenecen.
En nuestra casa, en nuestro íntimo ambiente de formas cúbicas y líneas paralelas en un rincón y como elemento decorativo colocamos una pecera de vidrios curvos y en ella cómodamente instalado vive un pececillo de colores.
Con su ojo redondo sin párpados y mirada fija observa, a través del grueso vidrio y con la refringencia del agua, nuestro mundo de formas rectas y perpendiculares. Surge la pregunta ¿cómo verá nuestro mundo?
Nuestro mundo es recto, cúbico, perpendicular, geométrico y matemático, porque así lo construímos y así queremos que sea. Pero para el pez, quizás lo vea tal cual es, porque no le hemos informado de nuestras aspiraciones y deseos.
Nuestro mundo es tal cual es y así aparece en películas y fotografías.
Los únicos que deforman el mundo, son los artistas, pintores, escultores,músicos, crean música que no existe en la naturaleza, parecería que, especialmente los pintores, tuvieran ojos de pescado, otra visión distinta, una percepción interior quizás los obliga a crear nuevas formas, impresiones y sentimientos.
El universo en que habitamos lo traducimos en números, por lo general enteros y de acuerdo a una progresión simple, como el uno, dos, tres. Los griegos también así lo traducían en base a números enteros y sencillos.
Algunos autores, mal suponen que desconocían y temían a los números irracionales, no deseaban hablar de ellos, porque Dios era un número entero.
Los números son abstracciones y nosotros deseamos que nuestros cálculos y nuestras investigaciones de nuestro universo sea también números enteros.
Quizás, la porción de universo en que vivimos sea irracional y toda manifestación material sea un irracional, pero obstinadamente en ese caso, lo transformaríamos mediante cuadrados o vaya a saber con que artificio matemático en un número entero. (para ver el texto completo visite también nuestro website: www.elnumerodeoro.com.ar )